Las Navidades nos dejan muchas cosas. Últimamente los dulces vienen en cajas y soportes muy bonitos que da pena tirar. Eso nos pasó con esta bandeja de mantecados. Una salida fácil es usarla como lo que es, una bandeja, pero queríamos hacer algo más, darle una nueva utilidad. Se nos ocurrió hacer un reloj de pared para la cocina.
Ya que la bandeja tiene motivos marineros, nos pareció que podría ser una buena idea recoger piedras de la playa para utilizarlas para marcar las horas. 
Tuvimos que comprar el mecanismo para el reloj, claro, meternos en fabricar uno desde la nada ya se nos hace demasiado especializado. Este lo compramos por Internet, pero hay muchas tiendas de manualidades en los que encontrarlos.
Marcamos el centro de la bandeja y le hicimos el orificio para acoplar el mecanismo del reloj.
Como el reloj sobresale por detrás de la bandeja, nos buscamos un listón que teníamos de otros proyectos y cortamos dos tiras para pegar en la bandeja y que sea más estable a la hora de colgar el reloj en la pared. Le hicimos una muesca con una broca para pasar luego la alcayata cuando lo colguemos.
Habíamos impreso un dibujo de reloj que utilizamos como plantilla para pegar las piedras en los lugares adecuados. Utilizamos un pegamento de doble componente que hay que mezclar. Tarda en solidificar unos 5 minutos.
Pintamos los listones que habíamos cortado de negro, igual que la parte trasera de la bandeja, y los pegamos con cola blanca.´
Y así quedó nuestro reloj, pendiente de colgar en la cocina.
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